En Brosalux&Ros no solo restauramos suelos; también cuidamos cada superficie con historia que merece una segunda vida. Hoy queremos compartir uno de nuestros proyectos más especiales: la restauración completa de una escalera centenaria, ubicada en un edificio residencial del casco histórico de Zaragoza. Con más de 100 años de antigüedad, esta escalera de piedra natural había resistido el paso del tiempo, el tránsito de generaciones y múltiples reformas. Pero su estado actual exigía una intervención profesional y respetuosa.
Recuperar este elemento arquitectónico fue un reto técnico y estético, pero también una oportunidad de devolver al edificio su elegancia original. A continuación, te contamos cómo lo hicimos, paso a paso.
El punto de partida: una escalera noble, pero deteriorada
El edificio había sido parcialmente rehabilitado en varias ocasiones, pero la escalera principal, que conectaba las plantas bajas con las superiores, nunca había recibido un tratamiento integral. Se trataba de una escalera de piedra caliza pulida, con peldaños anchos y zanquines moldeados, típica de las construcciones de principios del siglo XX.
El desgaste era evidente:
- Superficies apagadas, sin brillo ni definición.
- Manchas profundas y zonas ennegrecidas por la acumulación de polvo, humedad y productos inadecuados.
- Arañazos por el arrastre de muebles y tránsito constante.
- Peldaños con desniveles y bordes erosionados.
- Escalones resbaladizos y peligrosos para el uso diario.
Nuestro objetivo era restaurar sin alterar, respetando el carácter original de la piedra, realzando sus vetas naturales y asegurando un acabado duradero.
Fase 1: diagnóstico técnico y planificación
Antes de intervenir, realizamos un análisis completo del estado de cada tramo. Evaluamos el grado de desgaste, el tipo de piedra, las juntas, la estabilidad de los peldaños y la compatibilidad con tratamientos de limpieza y abrillantado.
Como se trataba de un pavimento centenario, descartamos el uso de productos químicos agresivos o técnicas invasivas. En su lugar, optamos por un tratamiento manual y mecánico progresivo, con herramientas específicas para restauración patrimonial, adaptadas a espacios estrechos y de difícil acceso.
Fase 2: limpieza profunda sin agresión
El primer paso fue una limpieza técnica profunda para retirar capas de suciedad acumuladas durante décadas. En lugar de detergentes industriales, empleamos productos neutros, con ph equilibrado, y desincrustantes minerales suaves, compatibles con la piedra caliza.
Trabajamos peldaño a peldaño, combinando cepillos manuales, esponjas técnicas y vapor a baja presión, para no erosionar ni abrir el poro de la piedra. Esta fase ya mostró una mejora visual inmediata, al eliminar los restos de cera vieja, grasa y marcas orgánicas que ocultaban la verdadera textura del material.
Fase 3: reparación de zonas dañadas
Algunos peldaños presentaban grietas superficiales, bordes desportillados y juntas abiertas. Nuestro equipo realizó una reconstrucción puntual de aristas utilizando morteros especiales de restauración, formulados para integrarse cromáticamente con el material original.
Donde fue necesario, también realizamos rejuntado con mezclas minerales compatibles, sin alterar el dibujo ni la proporción original de los peldaños. Este paso fue clave no solo para la estética, sino también para la seguridad de uso de la escalera.
Fase 4: proceso de pulido progresivo
Una vez estabilizada la superficie, procedimos con el proceso de pulido, utilizando máquinas pulidoras de pequeño formato adaptadas a escalones. Comenzamos con discos de grano grueso para igualar las zonas más erosionadas y fuimos descendiendo hasta un grano muy fino que permitió cerrar el poro y preparar la piedra para el abrillantado final.
El pulido eliminó microarañazos, marcas antiguas y diferencias de textura, devolviendo la uniformidad a toda la estructura. Este trabajo, completamente artesanal y controlado, fue realizado en diferentes jornadas, para garantizar una progresión equilibrada entre todos los tramos.
Fase 5: abrillantado y acabado natural
Para el acabado final, aplicamos un producto abrillantador específico para piedra caliza antigua, libre de siliconas y ceras artificiales. El objetivo era recuperar el brillo natural de la piedra, sin sobrecargarla ni modificar su aspecto original.
El abrillantado se realizó con lana de acero fina y máquina rotativa de baja presión, que activa la reacción superficial del abrillantador con los minerales de la piedra. El resultado fue un brillo satinado, sobrio y elegante, ideal para un espacio histórico como este.
Finalmente, aplicamos una capa protectora invisible que facilita la limpieza diaria y protege contra nuevas manchas o marcas de uso.
Resultado: una escalera que vuelve a ser protagonista
El resultado superó las expectativas. La escalera volvió a integrarse visualmente en el conjunto arquitectónico del edificio, aportando luminosidad, textura y carácter. Suave al tacto, antideslizante y con un brillo elegante, dejó de ser una zona deteriorada para convertirse nuevamente en uno de los elementos más representativos del inmueble.
Los vecinos quedaron encantados. Muchos de ellos confesaron que nunca habían visto la escalera en ese estado, y que parecía completamente nueva, a pesar de tener más de 100 años de historia.
Restaurar es respetar: nuestra filosofía en cada proyecto
En Brosalux&Ros trabajamos con la convicción de que cada superficie tiene una historia que merece ser conservada. Restaurar no es disimular ni sustituir, sino devolver la funcionalidad y belleza sin borrar el pasado.
Este proyecto de restauración de una escalera centenaria es un ejemplo de cómo la combinación de técnica, experiencia y sensibilidad puede transformar un elemento deteriorado en un espacio vivo y funcional, sin perder su alma original.
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Ya sea en un edificio histórico, un portal clásico o una vivienda con valor arquitectónico, en Brosalux&Ros podemos ayudarte. Evaluamos el estado de tu escalera, te proponemos un plan de actuación sin compromiso y trabajamos con los mejores materiales para devolverle su esencia.
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